Pan Pita Diet que no es Diet, Gato x Liebre y una Regulación Débil.

                  La semana pasada estaba escribiendo un posteo sobre lo confusa que es la información nutricional que aparece en los panes pita que encontré en el supermercado cuando justo apareció el programa «Contacto» de canal 13 con su investigación «Alimentos Saludables; Gato por Liebre», la que se centraba en productos que se venden y promocionan como saludables y que según esta investigación muchas veces, están lejanos a serlo. Los productos analizados fueron panes envasados, yogures, aceites de oliva y verduras orgánicas.

       Voy a seguir con mi posteo original porque tiene bastante que ver y funciona como buena introducción para después agregar algunos comentarios sobre el programa.

Pan Pita

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        Aunque a veces cocino pan pita en la casa y queda muy rico, tengo que reconocer que compro bastante pan pita “de fábrica”. Lo encuentro rico y versátil, a mis niños les encanta, es fácil para salir de apuro, se puede abrir y rellenar con cualquier cosa y funciona muy bien al congelarlo y calentarlo en el momento. Antes, siempre compraba el integral de la marca Castaño porque al ser de una empresa más familiar y pequeña, lo veía como más “artesanal” e integral. Eso, hasta que aprendí que la clave para determinar si un alimento en base a harinas es realmente “integral”, es la cantidad de fibra que contiene. Para que un pan sea realmente integral y entregue un aporte alto de fibra, debiera tener 3 ó más gramos de fibra por porción. Lo ideal es que esa fibra sea la fibra natural integral de la harina con que está fabricado el pan y no que se fabrique con harina refinada para luego agregarlo cualquier otra fibra. Al mirar la información nutricional de las etiquetas del pan pita integral y multigrano Castaño, me di cuenta de que su aporte de fibra no era muy alto (1,8 g x porción). Mucho más alto es el del pan pita integral Ideal (3,2 g x porción). Desde entonces que compro el Ideal.

        El otro día en el supermercado ví que había un pan pita Ideal “Diet Linaza” y curiosa me puse a mirar su información nutricional. Me sorprendí al constatar que este pan tiene más calorías, más grasa y más azúcares totales que sus similares en versión “integral” y “blanco”. Tiene más fibra que el blanco pero menos que el integral. O sea que en lo único que «gana» la comparación, es en su bajo contenido de sodio. Mi duda es de si la persona que compra ese pan sabrá que ese apelativo de “diet” se le ha puesto en relación a que tiene menos sal… Probablemente no. Yo creo que la persona que compra ese pan, está convencida de que al ser este un pan diet, es más bajo en calorías y que le va a ayudar a bajar de peso y a mantener la línea. A lo mejor, incluso con esa idea en su subconsciente, en vez de comerse un pan al desayuno, se come dos, y piensa que no importa “porque es diet”.  Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Ulster (Inglaterra), los alimentos comercializados como saludables pueden provocar un aumento de peso porque los consumidores asocian los mensajes que ensalzan el carácter saludable de un producto (como por ejemplo “bajo en grasa”), con la libertad de poder comer sin controlar las porciones, algo que deriva en el aumento del peso corporal. En el estudio además se reconoce que también  hay un problema porque los consumidores asumen que los contenidos de calorías que se publican en los envases es correcta, algo erróneo en la mayoría de los productos procesados.

        ¿Por qué le pusieron  a este pan “pita DIET linaza”?!! ¿Por qué mejor no le pusieron “pita linaza bajo en sodio”? Creo que hubiera sido mucho más honesto. Además este pan no parece estar fabricado con harina integral de trigo entero como la versión integral. Por lo menos no lo especifica (como si lo hace el integral). Entonces se le adiciona colorante caramelo para darle el tono cafecito y que parezca más integral y se le agrega fibra de soya  y salvado de trigo para reemplazar la fibra perdida del trigo refinado. Su cuarto ingrediente en cantidad, es jarabe de maíz de alta fructosa, un azúcar de maíz ultra concentrado y procesado muy cuestionada por sus posibles efectos adversos relacionados a la obesidad. ¿Entonces qué tiene de diet y de saludable? Me parece grosero el engaño.

        Además, al analizar la información nutricional que viene en los paquetes de panes y lo que publican las empresas en sus páginas de internet, me encontré con la sorpresa de que en TODOS los casos, la información no coincide. En beneficio de la duda se puede pensar que esto se debe a un problema de falta de actualización de la información, pero es realmente curioso y sospechoso que este “error” se dé en cada uno de los 7 productos analizados. La información tanto del paquete, como la publicada en Internet, debiera ser clara y verídica. ¿Cómo saber cuál es la real?

        Para esta tabla comparativa, me remití a la información que aparece en los paquetes que es la que ve el consumidor al elegir qué comprar.

Cuadro comparativo de información nutricional de distintos panes pitas del mercado (marca Ideal y Castaño).

SourceURL:file://localhost/Users/fran/Desktop/pita/pan%20pita.doc

Porción 1 unidad(38 – 39 g) Ideal blanco(38g) Ideal Integral(38g) Ideal diet linaza(38g) Castaño blanco(39g) Castaño blanco light(39g) Castaño integral(39g) Castaño multigrano(39g)
Energía (Kcal)

108,0

105,0

109,0

106,0

101,0

102,0

112,0

Proteínas(g)

2,9

3,5

3,3

3,8

3,5

3,7

4,7

Grasa Total(g)

0,5

0,7

0,9

0,6

0,5

0,5

1,7

Hidratos de carbono disponibles(g)

23,0

21,0

22,0

21,6

20,6

21,3

20,2

Azúcares totales(g)

0,9

1,0

1,1

0,8

0,7

0,6

1,1

Fibra dietética total(g)

3,2

2,7

2,6

1,8

1,8

Sodio(mg)

205,0

152,0

100,0

180,0

87,0

106,0

175,0

Contacto de Canal 13: «Alimentos Saludables; Gato por Liebre»

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        Las diferencias de información publicada en los envases v/s lo que aparece en la página web de las empresas, que yo detecté es apenas la punta del iceberg. Mucho más grave es lo que constató la investigación de «Contacto». Que la información nutricional publicada en los envases no tiene nada que ver con la realidad! Ahí se pone en jaque la credibilidad a las empresas y a la institucionalidad regulatoria. Y las diferencias no son para nada menores. Son realmente escandalosas.

        Según la ley, lo que las empresas publican como información nutricional en los envases, puede variar hasta en un 20% con la realidad, un margen bastante holgado. Pero lo grave, es que según la investigación de Contacto, muchos de los panes analizados, revelan diferencias mayores que alcanzan hasta 81% más de calorías y más de 100% de grasa (pan ideal blanco light) de lo publicado!!!! O sea que ese pan tendría más calorías y más grasa que el normal! Un ENGAÑO absoluto y un abuso a la confianza de los consumidores.

        Otro tema que aparece en el reportaje es sobre la falta de regulación y claridad en los apelativos que se usan para estos productos. Mi posteo sobre los panes pita se originó en la sorpresa que me llevé al constatar que el apelativo «diet» del pan pita linaza se traducía tan sólo en una reducción de sal en relación a los otros y no tenía nada que ver con que fuera reducido en calorías ni grasas. Una normativa del 2011 establece que para que un producto pueda ser publicitado y vendido como light o liviano, basta que tenga un 25% menos de de sal, colesterol, grasas, calorías o azúcar. Lo insólito es que no se exije que se especifique claramente en qué es «light»! Y por lo visto para la palabra «diet» no hay ninguna regulación ni especificación.

        A los conceptos que se usaban antes: «libre», «bajo aporte» y «reducido» ahora se suman: «poco», «bajo», «cero», «0%», «no contiene», «bajo contenido», «liviano», «menos» y «menor». Una confusión total. La idea es que la información de los paquetes sea cada vez más clara, transparente y entendible para los consumidores, pero en Chile parece que la cosa va en la dirección opuesta. Y como dijo alguien en el programa, «tratar de confundir al consumidor es una estrategia de marketing». Se necesita una regulación clara que se asegure de proteger a los consumidores del ingenio, el poder y la persuasión del marketing y la publicidad y de la ambición de la industria.

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        Y la marraqueta salió airosa en la investigación de Contacto porque tiene menos grasa que todos los panes analizados. Pero hay que tener en cuenta que el tema de la grasa es sólo una de las aristas que hay que considerar. La grasa no es de por sí mala. Depende de qué grasa. Por supuesto que si estoy cuidando el peso hay que evitar calorías y grasa en exceso. Pero cada persona tiene sus necesidades particulares. A lo mejor tengo que cuidar los niveles de azúcar en la sangre, o tengo que aumentar el consumo de fibra en mi dieta. Entonces, por ejemplo, más allá de que la marraqueta sea baja en grasa,  ¿qué pasa con la cantidad de fibra? Cero. Está hecha de harina blanca refinada despojada de las vitaminas y aceites del germen y de la fibra de la cáscara. El trigo refinado tiene una carga glicémica alta, o sea que sube de manera brusca y fuerte el azúcar en la sangre. ¿Y qué pasa además con la sal? Probablemente es bastante alta en sodio. No pretendo satanizar la marraqueta, sino que apuntar a que no nos podemos enfocar sólo en un marcador del pan o de los alimentos, sino en la película completa. Y así, como consumidores informados, podemos exigir mejores productos, como por ejemplo una marraqueta hecha con harina integral y baja en sodio. Tenemos que evitar que nos engañen destacando LA característica adecuada de un producto, cuando lo demás puede estar todo mal. Que un producto sea reducido en grasa, o en colesterol, en azúcar, en calorías o en sal, no significa que sea saludable. Hay que mirar el producto en su totalidad.

        En relación a los yogures y sus supuestos beneficios, es una pena el engaño y la baja calidad de los productos de los que disponemos. Pero es una oportunidad para que los consumidores abran los ojos! En el programa se cuestiona la veracidad de las propiedades especiales que se le atribuyen a los alimentos funcionales como «activia», tema que ha sido polémico en todo el mundo. Pero no se hace suficiente hincapié en cuestionar el excesivo consumo de lácteos. Creer que el yogur es un súperalimento y consumirlo en exceso es un error. Si tuviéramos acceso a un yogur blanco y natural, de leche de vaca alimentada de pasto y sin antibióticos, sin gelatinas, colorantes y endulzantes, sería entendible y recomendable su consumo una o dos veces al día. Pero comer a toda hora del día, como colación o postre, estos seudo yogures, llenos de sabores, azúcares, endulzantes artificiales, y colorantes, es un exceso. Y son chatarra. Si un niño tiene sed, que tome agua y no leche chocolatada.

        Se entiende que hace 50 o 100 años, en que probablemente el problema a nivel gobierno y Minsal, era la desnutrición infantil, se hicieran campañas para aumentar el consumo de lácteos en la población. Pero las cosas han cambiado hoy en día y los problemas también. Hoy en día el problema para el Minsal es mucho más el sobrepeso que la desnutrición. Pero los consejos de este consumo excesivo de lácteos se quedaron pegados en las recomendaciones oficiales y en el inconsciente de la gente. No necesitamos consumir grandes cantidades de lácteos. Esta creencia es retrógrada y se ha puesto en duda con numerosos estudios en todo el mundo. La Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard en sus Consejos Nutricionales, reconoce que no está nada de claro si necesitamos tanto calcio como creíamos y de si la leche es la mejor fuente de calcio y apunta a que el consumo abundante de lácteos aumenta el riesgo de cáncer de próstata y de ovarios. En su página web, propone otras fuentes de calcio como brócolis, hojas verdes (tiene mucho calcio acompañado de la importante vitamina K) y porotos y remarca la importancia de mantenerse activo y asegurar niveles adecuados de vitamina D para evitar la osteoporosis.

        Para terminar con el tema de los lácteos quiero recordar que la campaña de «Yo tomo y como leche» no la paga el gobierno de Chile sino una asociación de productores de lácteos que se unieron para promover el consumo de sus productos. Obviamente ellos quieren que tomemos más leche porque les conviene a su negocio. Pero no nos confundamos, eso no significa que nos convenga a nosotros.

        El caso de la baja calidad de los aceites de oliva es otra lamentable sorpresa. Porque en el cambio que se ha dado en el consumidor chileno, desde el uso de aceites vegetales poliinsaturados, ultrarefinados, inestables y dañinos hacia el consumo de aceite de oliva, había un avance hacia la salud. Pero si los productos no son lo que dicen y están rancios, ese avance se trunca. En el caso de los productos orgánicos, pasa lo mismo. En este sentido, siempre sirve conocer  a los proveedores en la medida de lo posible y generar lazos de confianza mutua a escala local y personal.

        Lo único que queda es pedir, rogar y exigir más regulación, más fiscalización (la autoregulación no funciona!) y una industria más confiable y responsable. Necesitamos autoridades que funcionen como aliados de los consumidores, comprometidos en asegurar la disponibilidad de los mejores productos posibles. Todo lo opuesto al ministro Mañalich y su vergonzosa pataleta en la que dejó  en evidencia que su preocupación va más por proteger a la industria que por velar por la salud de la población.  Además, completamente fuera de tono su prepotencia para pretender que nadie puede hablar  de estos temas sin su consentimiento.  Hay que agradecer que programas como Contacto pongan estas discusiones en el tapete (y en la televisión que tiene el poder de llegar a millones de personas). Hay que recordarle al ministro que en este país existe la libertad de prensa.



Algunos datos  que se citaban en el programa:
– según OMS chile es el 9 país con mayores índices de obesidad del mundo.

– adultos 25% con obesidad y 67% con sobrepeso.


- niños 10 % con obesidad y 32,8% con sobrepeso.


- 250 mil personas con diabetes

.

Otras frases que aparecieron por ahi:

«con malos reglamentos es difícil fiscalizar».

«la palabra LIGHT no es nada».

Odecu – Organización de Consumidores y Usuarios de Chile.

http://www.gastronomiaycia.com/2013/05/27/la-venta-de-alimentos-comercializados-como-saludables-y-el-aumento-de-peso/


http://www.13.cl/programa/contacto-t23/capitulos/alimentos-saludables-gato-por-liebre

 

http://www.gastronomiaycia.com/2013/02/21/las-calorias-de-las-etiquetas-alimentarias-son-enganosas/

http://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/calcium-and-milk/.

http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2013/07/10/manalich-dice-que-contacto-miente-y-que-programa-no-llamo-a-la-cartera-para-contrastar-datos/
http://www.odecu.cl/index.php/77-noticias/504-odecu-exige-retirar-del-mercado-los-productos-denunciados-por-programa-contacto



2 Respuestas a “Pan Pita Diet que no es Diet, Gato x Liebre y una Regulación Débil.

  1. Pero si todo el mundo sabe q cuando dice diet se refiere a q es bajo en sal y liht es bajo en azúcar!!! Y no te dejes llevar x lo q dice la información nutricional, eso es aproximado, no es real

    • Es que no es así. Cuando dice «diet» no significa que sea bajo en sal y cuando dice «light» no significa que sea bajo en azúcar. A veces son reducidos en grasa pero altos en azúcares… No está regulado el cómo y cuándo se usan esas palabras, más bien se usan como ganchos de marketing que apelan a una fantasía.

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